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Poda


Conocer el viñedo y los secretos de la viticultura durante todo el ciclo vegetativo resulta fundamental, ya que de ello dependerá la calidad y la expresión de los vinos.

Por ello, es importante cuidar cada una de las tareas propias de cada estación, para garantizar la salud de la vid durante todo el año.

 

¿Qué es la poda?

La poda consiste en la eliminación de partes vivas de la planta como sarmientos, brazos y partes del tronco para modificar el hábito de crecimiento natural de la cepa.

Cada cultivo tiene sus propias exigencias en función de la ubicación de las yemas fructíferas, por ello es muy importante determinar el número de yemas que se dejan en la parra.

Existen numerosos tipos de poda pero, en general, existen tres principales: corta, mixta y larga, denominación que depende de la longitud del sarmiento y del número de yemas que deja el podador.

 

¿Cuando se realiza?

La poda se realiza durante el período invernal porque es en este momento en el que la planta ha completado su ciclo productivo. En esta fase, la vid ya ha perdido las hojas y los pámpanos están completamente agostados, es decir, las ramas verdes ya se han lignificado y se han convertido en madera. Además, a nivel interno, la planta ya contiene en su interior toda la información genética para crear los nuevos brotes.

Por otro lado, el frío también tiene una gran influencia sobre la cepa en esta etapa. De modo, que se evita el riesgo de infección de la planta durante los días posteriores al corte hasta que cicatrice, pues los cortes son un foco de infección por patógenos y gracias a las bajas temperaturas se minimiza su desarrollo y propagación.

 

Principales objetivos de la poda:

  • Contribuir a establecer la forma de la planta y su posterior mantenimiento a fin de lograr la mayor operatividad y eficiencia en las labores propias del cultivo.
  • Reducir el envejecimiento de la cepa mediante la renovación de sus partes.
  • Seleccionar yemas fértiles.
  • Limitar el número de yemas a fin de mantener el necesario equilibrio entre la producción de frutos y la producción de madera, lo que permitirá asegurar una capacidad adecuada de la planta.
  • Distribuir armónicamente las unidades de carga en la planta (pitones y cargadores), según su capacidad (cantidad total de frutos y madera obtenidos), para mantener producciones adecuadas y uniformes en el tiempo.
  • Regular el número de brotes y, por lo tanto, el número y tamaño de los racimos.

 

Así queda claro que la poda, es el paso más relevante y la decisión más significativa del ciclo del viñedo, pues de su buena ejecución dependerá la futura cosecha.