En muchas ocasiones, pensamos que cualquier vino tinto combinará perfecto con los cortes de carne, pero no siempre es así, pues en el maridaje jamás hay que generalizar. Te explicaremos cuál elegir y el por qué.
Lo primero…
Te especificamos que existen dos tipos de maridaje, y de ello depende cuál deseas que sea tu experiencia.
El maridaje de complemento
Se logra cuando existen características aromáticas y gustativas muy similares, tanto en el vino como en el platillo. Aquí lo que se busca es identificar esos sabores y resaltar las cosas que tienen en común. En términos simples: hacer que lo que sabe rico, sepa aún más.
Y el maridaje de contraste
Es ideal para experimentar y dejarse llevar, obtener otro tipo de experiencias a la hora de comer, pues aquí el maridaje se realiza a la inversa, es decir, combinando un vino y un platillo que no sean compatibles entre sí. Con ello, se busca resaltar los sabores de cada uno, haciendo una distinción prominente.
Pero cuidado, no sólo se trata de elegir por elegir, por ejemplo: si se utiliza un vino muy complejo y robusto con un platillo de sabores muy sutiles y suaves, el sabor del último se perderá por completo y viceversa.
Equilibrio, todo se trata de ello. Sí, hay dos tipos de maridajes, pero lo que siempre tendrán en común es que sus sabores deberán estar equilibrados. Así tu experiencia gastronómica será mucho más placentera.
Los mejores vinos para los cortes de carne
Cuando se habla de vino más un delicioso corte de carne, la regla básica es: ve por el maridaje de complemento cuando el corte sea muy graso y opta por el de contraste cuando la carne lleva hueso.
Así que la fórmula es sencilla, una vez que sepas qué es lo que quieres comer decide:
- Para los cortes grasos y un alto marmoleo elige vinos que sean más sutiles y ligeros. Por ejemplo, un Rib Eye queda perfecto con un Malbec.
- Otros cortes como el T-Bone o el Tomahawk requieren de la transmisión de un sabor intenso que sólo los tintos estructurados y corpulentos le pueden dar. Ahí será necesario pedir un Cabernet sauvignon o un Syrah.
Otra regla muy famosa a la hora de maridar cortes de carne, es básicamente seguir la siguiente frase:
Entre más jugosa sea la carne, más acidez deberá tener el vino y viceversa.
Así, un corte sumamente jugoso es ideal para probar con un Merlot o un Pinot Noir.
¿Y para las guarniciones?
Todo buen amante de los cortes finos de carne sabe que un platillo no está completo sin las guarniciones.
Así que estás también deben entrar al juego del maridaje. Las recomendaciones son simples: entre más especiada o condimentada esté la guarnición, deberás maridar con tinto estructurados y potentes.