La poda de la vid es la práctica que realiza el viticultor para reducir la parte vegetativa de la vid con el objetivo de limitar su crecimiento natural y de mejorar el rendimiento y la calidad de las uvas.
El proceso de la poda debe ser realizado en pleno invierno, ya que la planta está en letargo y reposo vegetativo, y será el momento oportuno para esta labor.
Consiste en reducir el número y la longitud de los sarmientos para que la vid produzca menos racimos, pero de más grosor y más calidad. La poda alarga la vida de la vid y asegura la cosecha de un año para otro. Permite también adaptar el tamaño de la planta al espacio donde se cultiva para facilitar las tareas del viticultor.
Tipos de poda.
Poda de formación
Cuando la vid es joven y acaba de ser plantada, las primeras podas determinan la forma y el tipo de crecimiento de la planta. Éstos varían según el clima de la región y el tipo de cepa o variedad.
Existen distintos tipos de podas de formación dependiendo del sistema de conducción o emparrado elegido. Este tipo de poda se suele realizar durante los tres o cuatro primeros años, y siempre en invierno y en primavera.
Poda de fructificación
Cuando la vid ha adquirido su forma definitiva, las podas de fructificación sirven para mantener la forma de la vid y controlar su crecimiento.
La selección y reducción de los sarmientos y de las yemas que brotan cada año permitirá que los racimos de uvas se beneficien de una mayor insolación y de una mejor ventilación. Así aumentarán su rendimiento, su calidad y su resistencia a las plagas.
Poda de invierno o poda en seco
Se realiza cada invierno, después de la caída de las hojas y antes de que vuelvan a salir los nuevos brotes, cuando la planta se encuentra en estado vegetativo o dormante y que ha bajado la circulación de la savia.
Sirve para eliminar los sarmientos de la temporada anterior y recortar las maderas de dos años y más, y favorece la regeneración de la planta.
No se debe podar con temperaturas demasiado bajas debido a que las heladas vuelven la madera quebradiza y ésta se puede astillar con los cortes. Además, con temperaturas bajo cero la madera tarda más en cicatrizar y corre más riesgos de sufrir enfermedades como la yesca y la eutipiosis.
Poda en verde
La poda en verde se efectúa desde el inicio de la brotación hasta pocos días previos a la maduración de los racimos en brotes jóvenes y hojas.
Existen varios tipos de poda en verde, desbrote, despunte, desnietado y raleo de racimos.
Desbrotes.
Con la finalidad de evitar la alteración de la estructura original de la planta así como su pérdida de vigor, se procede a eliminar brotes innecesarios y chupones producidos por yemas sobre el tronco.
Despuntes.
El objetivo es efectuar una poda equilibrada, que permita dejar una cantidad conveniente de yemas por planta, generando un crecimiento armónico de brotes y racimos.
Se procede a eliminar los extremos en crecimiento que superen más de 40 cm el nivel del alambre.
Desnietado o eliminación de feminelas.
Es realizada para eliminar brotes laterales emitidos por las yemas prontas.
Entre las ventajas podemos encontrar:
- Evita la competencia con los sarmientos que formarán los brazos.
- Permite una mejor aireación y luminosidad.
- Incrementa la fertilidad de las yemas.
- Mejora la efectividad de los tratamientos fitosanitarios.
Raleo de racimos.
El objetivo es eliminar racimos completos o parte de los mismos para mejorar la calidad de la fruta mediante la reducción de la carga.
También es realizado para corregir un exceso de carga eliminando los racimos sobrantes.