La vendimia es el momento más importante para la elaboración del vino.
De manera que se ha convertido en varias regiones de vitivinícolas en el acontecimiento más importante del año, donde se llega a invitar público para volverlos parte de esta celebración cultura.
La palabra vendimia proviene del latín vindemia, formado por vihum (vino) y demere (cortar, quitar). Por lo tanto, la vendimia es la cosecha de uvas que sirven para hacer vino (vitis vinifera). Los orígenes de esta tradición se remontan al origen mismo del vino, las primeras referencias escritas a la vendimia se encuentran en textos del Egipto antiguo, hace más de 5000 años. En ellos se hace mención de los trabajos de recogida de la uva y de otros frutos, y de su posterior pisado para producir el mosto, que una vez fermentado daría lugar al vino.
¿Cuando se realiza?
Todo dependerá en qué zona te encuentres.
El enólogo de la bodega determinará cuándo es el momento perfecto para iniciar la vendimia, atendiendo a un seguimiento exhaustivo de la evolución de los frutos y a una serie de análisis técnicos, catas y pruebas de laboratorio que determinan el punto óptimo de maduración de la uva.
Lo que se busca principalmente es que los frutos estén los más sanos posibles y que presenten unas concentraciones óptimas de azúcares, ácidos, taninos y toda una serie de componentes naturales que determinarán las características del vino una vez finalizada la elaboración y su guarda: los matices aromáticos, su graduación alcohólica, su nivel de estructura y de cuerpo, su color, su frescura, etc.
Tipos de vendimia.
Existen dos maneras de cosechar la uva en la actualidad.
La vendimia manual supone que los racimos son recogidos uno a uno, a mano, por los vendimiadores. Estos realizan una primera selección en los mismos viñedos, cortando únicamente aquellos racimos que se encuentran en condiciones óptimas de maduración. Estos racimos se transportan en cajas de poca capacidad para garantizar que las bayas no se aplastan y llegan en perfectas condiciones a la bodega, donde se inicia el proceso de elaboración del vino antes de que los frutos comiencen a fermentar. Este tipo de vendimia es más costosa y delicada, pero asegura el mayor cuidado para las uvas y un grado de maduración homogéneo de toda la cosecha. Por ello, la vendimia manual suele ser la empleada para producir vinos de alta calidad.
En cuanto a la vendimia mecánica, esta se realiza mediante el uso de cosechadoras que van recogiendo los racimos de las viñas cultivadas en espalderas: largas hileras de viñedos con una separación amplia entre sí para permitir el paso de las máquinas. Este tipo de cultivo implica menores costes, pero conlleva también un menor cuidado de los frutos y no asegura que los racimos presenten un grado de maduración homogéneo, influyendo ambos factores en la calidad final del vino.
Además, existen otros tipos de vendimias, como por ejemplo las vendimias nocturnas, realizadas de noche para evitar que las altas temperaturas estropeen las uvas en zonas calurosas; o las vendimias tardías, en las que se espera a que las uvas estén parcialmente secas en la vid para aumentar la concentración de azúcares, que se emplea para producir, entre otros, vinos fortificados.